31.10.05

¿Dónde coño está el frío?

(nota previa: lo siento de verdad por todos aquellos a quienes lo que más les gusta de mi blog es que los textos sean breves)
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Tenía el título de ¿dónde coño está el frío? ya decidido para hablar de lo que quiero escribir hoy
(o para escribir de lo que quiero hablar hoy, el orden de los factores no altera el discurso)
aunque ahora me doy cuenta de que igual habría sido mejor titular
¿Dónde coño está el otoño?
que además rima y todo,
para preguntarme, una vez más, qué está pasando con las estaciones,

(nota para despistados: primavera, verano, otoño, invierno)

ya que a pesar de estar con un pie en noviembre sigue haciendo calor, cuando hace años lo normal por estas fechas era haber hecho ya el cambio de armario; ir con jerseys de cuello alto, guantes y bufanda, y follar a gusto debajo de un buen edredón.
Pues no: uno sigue haciéndolo encima de las sábanas y sudando como un pollo, vistiendo prácticamente igual que a finales de agosto y esperando a que un buen día
(o malo, según se mire)
el invierno llegue a traición y le pille, en manga corta y una triste chaqueta, tiritando de frío en medio de la calle.

Cada año lo tengo más claro: el otoño es cosa del pasado. Nuestro clima se parece cada vez más al paso de la sauna a una ducha de agua fría, un shock que te deja el miembro

(2ª nota para despistados: el pene, la polla, el pito, el trasto)

como una muestra gratuita y hace que tus testículos se recojan escroto arriba.
Lo mismo, pero al revés, sucede con la primavera: llega un buen día
(éste sí que es bueno)
en que te quitas la bufanda para ponerte directamente el traje de baño.

El calentón (climático) del que les hablo no es cosa baladí. Piensen si no por ejemplo en qué va a pasar con las cartas de las pizzerías: la clásica pizza Cuatro Estaciones ha dejado de tener sentido.

26.10.05

Consignas para hoy

1. No ponerme nervioso

(y en caso de no cumplirse la primera...)

2. No perder los nervios

[y ustedes acaso se preguntarán: ¿si no quiere ponerse nervioso por qué cuando lo esté no va a querer perderlos? Ay, si yo lo supiera...]

25.10.05

Hoy no escribo...

...prefiero desahogarme en otro lado.
Me voy al váter.

24.10.05

Pague dos y llévese uno

Si la vida fuera un supermercado, y yo tuviera que venderme a mí mismo, seguro que me caducaría de asco en las estanterías.

21.10.05

Devórate otra vez

Tenedor y un buen cuchillo es todo lo que hace falta para, con un poco de paciencia, acabar devorándose a uno mismo. Y no te preocupes por tu cadáver, que el que venga después ya lo apartará.

19.10.05

Cruzando el desierto

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A veces anda uno con la cabeza tan metida dentro de su propio culo que cuando se quiere dar cuenta, se encuentra perdido en medio del desierto. Desearía entonces volver atrás, pero el viento ha borrado todas las huellas. Sólo resta seguir caminando, rezar porque esa sed que no se apaga con nada no acabe con uno, y ser capaz de distinguir lo real de un simple espejismo.

El desierto es duro: de día te fríes de calor y de noche te mueres de frío. Y te sientes solo. Hubo tiempo –no hace mucho– en que yo mismo bromeaba con mi propia travesía por el desierto. Decía que llevaba tanto tiempo allí que había optado por montar un chiringuito, una especie de bar para gente que se sintiera igual de perdida que yo. Detrás de la barra, me hartaba de servir cóckteles a base de lágrimas, y todos juntos nos emborrachábamos de desgracias mientras veíamos el sol caer.

Es extraño: fue aquélla una época triste, pero no la cambiaría por nada. Aún hoy, cuando llego a casa después de un mal día, la arena que sueltan mis zapatos me recuerda de dónde vengo, y eso me da fuerzas para volver a sonreír.

18.10.05

Sangre

Anoche me atracaron. Vi al tipo venir de lejos, directo hacia mí. Me pidió todo el dinero. Le dije que no, que no llevaba nada encima. Entonces sacó una navaja. Y yo saqué la cartera. Agarré un par de billetes (no todo lo que tenía) y se los tendí. Pero justo antes de que los cogiera, no sé porqué, los dejé caer. El gesto le pilló por sorpresa, y el muy palurdo se agachó a recogerlos. Entonces le empujé muy fuerte contra la pared. El tipo cayó redondo. En lugar de salir corriendo, le agarré del pelo y empecé a golpear su cabeza contra el suelo. Una y otra vez. Cada vez más fuerte. Empezó a sangrar, y enseguida perdió el conocimiento. Al final me cansé. Recogí mi dinero. Antes de marcharme aún hice otra cosa: le quité los zapatos, los pantalones y los calzoncillos. Lo dejé allí, en medio de un charco de sangre y desnudo de cintura para abajo.
Tiré su ropa dos containers más abajo.

17.10.05

Extirpado

Dicen que a los que les amputan un brazo o una pierna siguen sintiéndolos ahí mucho tiempo después. Lo llaman algo así como el síndrome del miembro fantasma, pero no es verdad. Al menos, no en mi caso: tú me arrancaste el corazón y desde entonces que ya no siento nada.

14.10.05

Qué guapa esa camisa que llevas...

Cómo molan tus zapatos...
Qué buena esa chaqueta...
Muy chulos, los pantalones...
Te deben haber costado una pasta, ¿no?
Y qué fashion tu peinado...
.
. .
. . .

¿Metrosexual?
No, más bien...

. . .
. .
.
Caracoolo!

13.10.05

Los otros Nobel

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Analizar la actividad cerebral de una langosta mientras ve escenas de La Guerra de las Galaxias o averiguar si el hombre nada más despacio en jarabe son algunas de las cosas a las que se dedican –lo crean o no– algunos científicos, y por las que acaban recibiendo premios. En este caso, los premios Ig Nobel (Wikipedia), una especie de anti-Oscar del mundo científico. De los premios de este año me quedo con un estudio para calcular la presión que ejercen los pingüinos al defecar.

11.10.05

Muñecos de arena

Cuánto tiempo me he pasado
viviendo un sueño en mi cabeza
y cuando creo que ya te tengo
te desvaneces entre mis dedos
como si fueras de arena.

Resulta que hoy no he dormido
pensando en todo lo que no te he dicho
escúchame, no pierdes nada
y así al menos no me quedará
este amargo sabor en la boca.

He olvidado cerrar la puerta
por donde entran mis pesadillas
y en vano pienso que si despierto
se desvanecerán entre mis sueños
como si fueran de arena.

10.10.05

Dilema

Si tu cabeza apunta a un lado y tu corazón al contrario...
¿a quién seguirías?

Si tu sentido común te dice una cosa, pero una voz en tu interior te insiste en otra...
¿a quién escucharías?

6.10.05

Ahora mismo no

Puede que más tarde...

(no hay nada más odioso que, en lugar de darte con ella en las narices, haya gente que prefiera hacerte creer que la puerta sigue medio abierta...)

...pero tampoco te prometo nada.

(...para, después, acabar chafándote el pie de un portazo)

5.10.05

Enfermedades del alma

Fíjate en cómo los que no tienen preocupaciones tampoco están nunca enfermos.

4.10.05

¿Es un pájaro?

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¿Será un avión?
No, es una enorme...

Presten atención a la chica en primer plano (izquierda), la que mira hacia otro lado. ¿Qué estará mirando? ¿Será que es bizca? ¿O habrá descubierto que con esas gafas modelo "Star Trek sin presupuesto" puede ver al fotógrafo en pelotas? Si es así, el cámara debe tenerla impresionante, porque cara de alucine sí que pone la pobre, lo mismo que el tipo de la camiseta roja (a la derecha y un poco más al fondo), ése que se ajusta las gafas sin dar crédito a lo que ve...

3.10.05

Al mismo tiempo (2)

Es viernes por la noche, y Cristina y Paco están en casa, sentados frente al televisor. Han alquilado un DVD. Hoy le tocaba a ella escoger película. Mientras Paco lucha por mantenerse despierto, Juan está con su hermana en el hospital. Ya ha pasado una semana y sigue igual de grave, aunque los médicos dicen que pronto saldrá del coma. Bastante lejos del ruido de las máquinas que mantienen a Laura con vida, Julia y Fernando se hablan a gritos en un bar. No discuten; es la música, que está muy alta.