2.5.05

Distracción fatal

Y al fin, tras mucho tiempo de meditar a solas en aquella oscura y remota cueva, el monje tuvo una revelación. Todo encajaba –era tan sencillo–; ahora comprendía el mecanismo por el que todas las cosas funcionaban en armonía, había alcanzado la primera y última verdad, el gran misterio que rige las fuerzas en el universo. Abrió los ojos, dispuesto a abandonar su retiro y predicar su nuevo conocimiento. Pero el vuelo de una pequeña mariposa que pasaba por allí distrajo un momento su atención, lo justo para hacerle perder el hilo de sus pensamientos. Me cago en la... dijo antes de volver a cerrar los ojos y empezar de nuevo. Después de casi nueve años, aquellas habían sido sus primeras palabras.

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